Brindándole amor puro, conocimiento y una esperanza intenté hacer que puerca se apartara de mierda para siempre; pero no pude hacerlo porque mierda simuló, con astucia, hacer muy feliz a puerca. Y fingió, con perversa audacia, producirle mucho gozo, placer y bienestar. Después que puerca regresó con mierda; finalmente comprendí que puerca, para esa época en la que fingía amarme, solo podía intentar hacerme feliz brindándome el venenoso y nocivo “chicharon” de su falso y traicionero amor. Después descubrí que la “grasa saturada” que me brindaban los “chicharrones” de puerca le hacían mucho daño a mi salud física, mental y emocional. Entonces me separé de puerca y de su nocivo amor para siempre, para dejarla ser “feliz” al lado de mierda. Ya no pienso más en puerca; la borré de mi mente y la saqué de mi corazón porque puerca, al final, se convirtió en mierda. Adiós, puerca. Fue una mierda conocerte. Cambio y fuera.
Autor: HORACIO ÁLVAREZ RÍOS.
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