La calle sin fin- piedras de tropiezo- es una obra que nos enseña a mirarnos a sí mismos, con honradez y transparencia, en el cruel y despiadado espejo de la verdad de lo que somos en nuestro interior. Las enseñanzas de esta obra, que profundiza en la guerra moral y espiritual que los humanos libramos en nuestro interior entre el bien y el mal, son de gran valor ético, moral y espiritual. Estas enseñanzas nos ayudan a saber qué somos y quienes somos cuando estamos en compañía de nosotros mismos, y cuando nadie más nos está viendo. También ahondan en el mundo de las adversidades; nos enseñan para que las utiliza Dios, para que las usa el demonio, y para que las podemos utilizar nosotros para hacer de nuestra vida lo mejor que esta puede ser.
La calle sin fin está escrita de manera analógica; compara la vida con un largo camino sin final, formado por dos caminos. Un camino luminoso, o camino del bien; y otro tenebroso, o camino del mal. Y compara nuestras acciones con los movimientos que realiza el cuerpo humano.